Caminando por las calles desordenadas,
cuando asisto a una iglesia
o estoy cerca de jóvenes locos,
deseo realizar mis sueños.
Me pregunto: pasarán los años?,
Y cuántos de todos los que estamos aquí
descansaremos bajo la bóveda eterna,
y quizá la hora de alguien cerca esta.
Si observo árbol de roble solitario,
Me digo: padre de los bosques,
cruzaras mi siglo, destinado al olvido,
como cruzaste el siglo de mis padres.
Si acaricio a un dulce niño,
le digo: ¡Adiós! Te cedo mi sitio.
Para mí es tiempo ya de marcharme;
para ti, de florecer, crecer y ser feliz.
Suelo guiarme por mi pensamiento
cada hora, cada día y cada año
trato de adivinar entre ellos
la cita de mi último suspiro que estará por llegar.
¿Dónde el destino me dará la muerte?
¿En el ocaso del día, en un viaje, entre las olas?
¿en las calles de mi ciudad
recibirá mis restos fríos?
Aunque será igual para un cuerpo insensible
el lugar donde se descomponga,
cerca del ámbito querido
me gustaría descansar.
Déjame que juegue la vida joven
a la puerta del sepulcro,
y que la naturaleza indiferente
luzca su hermosura eterna.
Por que se que el día me ha de llegar
y en ese momento no me podrás controlar
ese día cercano esta.
me enknto mi vidaa =)
ResponderEliminar